Escorts en Barcelona: ¿cómo ha evolucionado el sexo de pago?

Considerada como la profesión más antigua del mundo, desde nuestros días hasta hoy el trabajo de escort, chica de compañía o puta de lujo ha cambiado mucho. Si en el pasado, ser una escort significaba simplemente ofrecer sexo, hoy en día ya no es así, el mundo ha cambiado y las exigencias de los hombres también.

Una mayor apertura de la sociedad hacia el tema del sexo y el nuevo papel de las mujeres, cada vez más activas e involucradas en la sociedad, hacían pensar en la prostitución como fenómeno en declive, residuo de un pasado antiguo. La verdad es que hoy no sólo la oferta en este sector ha aumentado significativamente, sino que también es más variada para satisfacer diferentes tipos de clientes.

María Antonia Carbonero Gamundí e María Gómez Garrido, profesoras de la Universitat de les Illes Balears, explican en su estudio El nuevo/viejo trabajo sexual: distinción y estigma, como la razón de este fenómeno es el capitalismo. En otras palabras es como si la prostitución hubiera vivido las mismas tensiones de oferta y demanda que han afectado a la gran mayoría de productos, y ha desarrollado nuevas estrategias para diversificarse y ampliar sus posibilidades para satisfacer a un cliente muy diverso. Según las dos sociólogas es la transformación del cliente, y de lo que busca en su encuentro sexual con una escort, que ha llevado la prostitución de lujo a cambiar.

¿Qué busca un cliente en una escort?

Según la encuesta el perfil promedio del cliente que busca una aventura sexual con una escort ha cambiado hacia un prototipo de hombre más sensible que el de hace unos años. El cliente promedio paga no sólo por sexo, sino también para tener a su lado a una persona agradable, culta y elegante que pueda ofrecerle una excelente compañía. El cliente no paga “dinero por carne”, sino también para tener más contacto afectivo, intimidad y complicidad. De hecho, aunque en la mayoría de las veces la cita se concluye con una relación sexual, no son raros los casos en los que un cliente reserva una cita con una escort sólo por la compañía de una hermosa chica, para una cena o un evento, sin luego llegar al sexo.

El servicio de escort se puede definir entonces como un “trabajo emocional, es decir, el trabajo interior y exterior de una persona sobre sus propias emociones para poder manejar también las del otro y lograr una situación satisfactoria”. De hecho esto aleja la profesión de escort de las prostitutas en la calle, donde la relación sexual sigue siendo la única cosa importante.

¿Qué busca una escort en un cliente?

Hoy buena parte de las escorts cuentan con capital cultural y una procedencia de clase media. Estas mujeres, que eligen entrar en el mundo de la prostitución de lujo por varios motivos, tienen que ser respectadas como mujeres y profesionales, y tienen que ser tratadas con educación y gentileza. Respetar una escort puede significar muchas cosas, como por ejemplo no pedir servicios que no ofrecen, no pedir un descuento o pedir una relación sexual sin condón.

Respetar una chica de compañía significa también respetar su privacidad, esto se traduce en no pedir informaciones personales de las escorts. Muchas de estas chicas o mujeres no quieren mezclar trabajo y vida privada.

Otro aspecto muy importante es la higiene. Aunque en muchas casas de escorts de lujo como felina Barcelona la ducha erótica sea obligatoria, es muy importante que el cliente se presente limpio a la cita.

¿Qué puede encontrar un cliente en felina Barcelona?

Felina Barcelona es una lujosa casa de escorts en el centro de la ciudad fácilmente accesible en transporte público o en coche. Felina Barcelona cuenta con la colaboración de muchas escorts de lujo que saben cómo satisfacer cada exigencia del cliente. Si estás buscando una chica de compañía elegante y educada que sepa ofrecerte mucho más que sexo de calidad, consulta todas las escorts que ofrecen el servicio GFE en felina Barcelona.

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